Normas NAC

No todos los carbómeros ​​​​​​son iguales: cuáles son las mejores prácticas reglamentarias a la hora de obtener excipientes de carbómeros

Publicado por Equipo Técnico de LLS Health el 01/31/2022

En la entrada anterior del blog, analizamos la importancia de contar con un suministro fiable y de alta calidad de excipientes de carbómeros para garantizar una calidad superior uniforme de los medicamentos terminados.

Para que los especialistas en desarrollo de fórmulas farmacéuticas se aseguren de elegir los carbómeros que cumplan con las normas de seguridad más exigentes, es importante que conozcan en mayor profundidad los requisitos normativos locales e internacionales en materia de medicamentos y sus componentes, entre los que se incluyen los excipientes. Las normas no son iguales en todo el mundo, lo que dificulta más la tarea de encontrar y obtener carbómeros de alta calidad. 

Sin embargo, comprender las normas vigentes en los mercados farmacéuticos clave puede ayudar a garantizar la producción de productos finales de calidad superior, lo que a su vez asegura el cumplimiento y la seguridad de los pacientes. Esto puede ayudar a mantener el acceso a estas economías e incluso promover el acceso a mercados más pequeños en determinadas regiones, dado que en muchos de ellos, se siguen los marcos reglamentarios de los vecinos más grandes. 

En este blog, analizaremos los requisitos reglamentarios que rigen la seguridad de los excipientes en los Estados Unidos como ejemplo de práctica óptima para ayudar a los especialistas en desarrollo de fórmulas a entender cómo seleccionar el carbomer que mejor se adapte a sus necesidades.

Comprender el panorama normativo de los excipientes en los EE. UU.

La Farmacopea de los Estados Unidos (USP) y el Vademécum Nacional (NF) son los compendios oficiales reconocidos de los medicamentos que se comercializan en los EE. UU, según la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos. La USP es una organización independiente, no gubernamental y sin fines de lucro que establece las normas de calidad, pureza y concentración de los medicamentos (ingredientes activos e inactivos), de los ingredientes alimentarios y de otros productos que se venden en los Estados Unidos. La FDA trabaja en estrecha colaboración con la USP para aplicar las normas de esta última, que a menudo se denominan monografías.

Estos compendios contienen monografías de sustancias farmacéuticas o excipientes, en las que se explican los requisitos mínimos con los que debe cumplir cada ingrediente. En una monografía, se incluye el nombre del ingrediente, su definición y sus especificaciones, además de los requisitos en materia de envasado, almacenamiento y etiquetado.  

La monografía de un medicamento o excipiente se agrega de manera oficial a cualquiera de los compendios únicamente cuando la FDA de los EE. UU. aprueba un fármaco que contenga esa sustancia. 

Si ya existe una monografía de una sustancia o material, según las reglas de la FDA, la sustancia empleada en la formulación de un medicamento debe cumplir con las especificaciones de la monografía. La FDA reconoce el cumplimiento con otros compendios si no existe una monografía de la sustancia en la USP ni en el NF. 

Además de cumplir con las especificaciones de una monografía, un excipiente debe producirse siguiendo las pautas de las buenas prácticas de fabricación (GMP) y debe obtenerse según los principios de las buenas prácticas de distribución (GDP). Asimismo, los métodos empleados en la fabricación deben cumplir con los requisitos del capítulo general <467> de la USP, que analizaremos en mayor profundidad más adelante.    

Con todo esto en mente, un especialista en desarrollo de fórmulas farmacéuticas que está desarrollando un producto destinado al mercado estadounidense tiene cierto grado de libertad a la hora de seleccionar un carbomer. No obstante, si se opta por un carbomer que cumpla con lo indicado en las monografías de varios compendios, como Carbopol® de Lubrizol Life Science Health (LLS Health), es posible garantizar el cumplimiento de diversas normas internacionales. 

Requisitos de los EE. UU. para la fabricación de excipientes

Es importante tener en cuenta que, en diversos compendios, se incluyen restricciones en el uso de disolventes en la fabricación de excipientes a fin de garantizar que el excipiente en cuestión cumpla con lo indicado en la monografía asociada. 

La elección del solvente es fundamental para la calidad y la seguridad del excipiente y, en última instancia, para la calidad del medicamento terminado en el que se utiliza. Por ejemplo, es bien sabido que el benceno, un solvente usado tradicionalmente en la producción de carbómeros, es cancerígeno. Si queda algún residuo de benceno en el fármaco terminado, podría representar un riesgo de salud para cualquier paciente que tome el producto.  Hace poco, la FDA emitió un comunicado dirigido a los fabricantes farmacéuticos con respecto al riesgo de contaminación con benceno en determinados fármacos.  El motivo principal de este comunicado fue la reciente retirada de desinfectantes de manos y medicamentos en aerosol debido a la contaminación con benceno.  Se ha señalado a los carbómeros (espesantes) fabricados en benceno como una posible causa, lo que destaca aún más la importancia de los solventes empleados en el proceso de fabricación.

El capítulo general <467> de la USP incluye requisitos para evitar la presencia de este material residual tóxico en los medicamentos terminados. Allí se clasifican los solventes en tres clases según su toxicidad: 

  • Solventes de clase 1: se sabe, o se sospecha firmemente, que estos solventes son cancerígenos en seres humanos, o que presentan propiedades reductoras de la capa de ozono, y deben evitarse en la fabricación de excipientes. Lista de solventes de clase 1: benceno, tetracloruro de carbono, 1,2-dicloroetano, 1,1-dicloroetano y 1,1,1-tricloroetano. 
  • Solventes de clase 2: son tóxicos para los animales, o se sospecha que presentan toxicidad reversible en seres humanos, y su uso en la producción de excipientes debe limitarse.
  • Solventes de clase 3: presentan un bajo nivel de toxicidad en seres humanos y son seguros para usarse en la fabricación de excipientes.

El volumen 7.0 de la Farmacopea Europea (Ph. Eur. 5.4) incluye pautas similares con respecto a los residuos de solventes tóxicos presentes en excipientes farmacéuticos, al igual que la directriz Q3C del Consejo Internacional de Armonización de los Requisitos Técnicos para el Registro de Productos Farmacéuticos de Uso Humano (ICH). La FDA de los EE. UU. adoptó la directriz Q3C del ICH, así como otras autoridades reglamentarias internacionales clave como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la Agencia Japonesa de Medicamentos y Dispositivos Médicos (MHLW/PMDA) y la Administración Nacional China de Medicamentos (NMPA).  

Específicamente, en la directriz Q3C del ICH, se explica que los solventes de clase 1 como el benceno no deben emplearse en la fabricación de principios activos, excipientes ni medicamentos debido a su grado inaceptable de toxicidad. Allí se indica que si es inevitable el uso del benceno para producir un medicamento que ofrece un avance terapéutico considerable, entonces su concentración debe limitarse a 2 partes por millón (ppm), a menos que se justifique lo contrario.  El ICH establece límites para todos los solventes de clase 1, y los especialistas en desarrollo de fórmulas deben conocer esos límites a fin de evitar obtener excipientes fabricados con solventes de clase 1.  

Además de estos requisitos en materia de disolventes, los especialistas en desarrollo de fórmulas deben asegurarse de que el fabricante de excipientes con el que trabajan cuente con un programa de calificación de proveedores y de los materiales que reciben de ellos. Como parte de este programa, los fabricantes de excipientes deben tener un acuerdo vigente con sus propios proveedores de materias primas, en el que se establezca que los deben notificar sobre cualquier cambio en el material que reciben.

La búsqueda del proveedor correcto

En LLS Health, hace 50 años que fabricamos nuestros carbómeros Carbopol® de alta calidad . Tenemos experiencia en el abastecimiento de carbómeros de calidad superior, seguros y que cumplen con las normas a diversos mercados internacionales. Además, entendemos las normas vigentes en los EE. UU. y en otros mercados, lo que nos permite ayudar a los especialistas en desarrollo de fórmulas farmacéuticas a garantizar el cumplimiento normativo. Podemos facilitar la documentación necesaria para demostrar la calidad de nuestros carbómeros, en concordancia con los requisitos antes mencionados, y habitualmente invitamos a las empresas a auditar nuestros procesos. 

Cuando trabajan con nosotros, los especialistas en desarrollo de fórmulas farmacéuticas pueden tener la seguridad de que obtienen carbómeros capaces de ayudarlos a suministrar productos finales conformes a las normas para su comercialización en el mercado internacional.

Si desea obtener más información sobre cómo en LLS Health podemos ayudarlo a obtener un suministro de carbómeros fiables y de alta calidad para satisfacer sus necesidades, contáctenos hoy.

Equipo Técnico de LLS Health

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