Resistencia al bloqueo en los recubrimientos: factores de la formulación a tener en cuenta

Publicado por Equipo de recubrimientos de alto rendimiento el 12/04/2019

Cuando se pinta una puerta o una ventana, a menudo el objetivo es volver a usarla rápidamente, sin que se pegue a la jamba o al marco. En algunos casos, la puerta o ventana se adhiere a la jamba o al marco cuando se cierra. Al abrirla, la pintura se transfiere o se pela en el punto más débil, y es posible que una de las películas se desprenda y termine adherida al lado opuesto. Este es un ejemplo habitual del bloqueo de pintura.

 

La resistencia al bloqueo es la capacidad de una pintura, película o material envolvente de evitar la adhesión perjudicial entre dos superficies para que no se peguen entre sí o a otra superficie cuando se produce el contacto bajo presión.

 

En el sector de la fabricación, el tiempo necesario para lograr la resistencia al bloqueo puede tener un efecto significativo en el rendimiento y los costos de producción de una compañía. Esto afecta la rapidez con que un fabricante puede recubrir sus productos y, a continuación, embalarlos para el envío. Si un producto es pegajoso y se adhiere a otras superficies, no puede apilarse ni embalarse para el envío. Por ejemplo,  los revestimientos exteriores previamente recubiertos  se apilan sobre plataformas hasta alcanzar varios pies de altura. Esto genera un nivel considerable de presión dentro de la pila y un grado extremo de contacto entre los productos. Si cada pieza de revestimiento no cuenta con resistencia al bloqueo, la pila entera puede quedar arruinada.

 

Existen técnicas de fabricación, como el horneado, que pueden utilizarse para minimizar el tiempo necesario para volver a recubrir o embalar los productos. El calentamiento o curado permite que la película alcance su estado final con mayor rapidez. En niveles elevados, si la película no se fusiona correctamente, o si no hay una formación adecuada de la película, el recubrimiento no presentará todas las propiedades previstas, lo que lo deja expuesto a daños. Bloqueo significa que si la película no se seca o cura por completo, quedaría pegajosa y con mayores probabilidades de adherirse a otra superficie. Por lo tanto, si hay tendencia al bloqueo cuando la película no está seca o curada completamente, el horneado puede usarse para lograr la resistencia al bloqueo con mayor rapidez.

 

Métodos de prueba

Existen varios métodos de prueba según las normas de la ASTM para determinar la resistencia al bloqueo de películas de pintura, películas plásticas e incluso cuero que pueden utilizarse en un laboratorio durante el proceso de desarrollo para comprender el rendimiento del producto final durante la etapa de fabricación o venta. Entre estos, se incluyen los métodos de prueba D 4946, D 3003 y D 2793, por nombrar algunos.

 

Por ejemplo, el método D 4946 permite probar la resistencia al bloqueo "frente a frente" de las pinturas arquitectónicas. En esta prueba, se aplica una película y se deja secar durante un período determinado. Se cortan pequeños paneles o piezas de la película y se colocan frente a frente en un horno con peso encima para ejercer presión durante un período determinado. Tras el enfriamiento, se despega cada par de paneles. El grado de bloqueo se clasifica de manera subjetiva en cuanto a nivel de pegajosidad o sellado empleando una serie de términos descriptivos habituales, correspondientes a valores numéricos de 10 a 0. Si los paneles están totalmente adheridos, se considera que el resultado es un fracaso absoluto. Si pueden desprenderse, pero se observa delaminación de la pintura, eso corresponde a otro nivel. Si pueden separarse, pero quedan algo pegajosos, eso es otro nivel.

 

Formulación para lograr resistencia al bloqueo

Tanto las fórmulas como los polímeros influyen en la resistencia al bloqueo. La temperatura de transición vítrea (Tg) de un polímero, es decir, la temperatura a la cual el material se vuelve frágil y quebradizo como el vidrio, puede afectar esta propiedad. Las Tg más elevadas corresponden a polímeros más rígidos, que suelen ser menos proclives al bloqueo que los polímeros más suaves con Tg más bajas. La selección del polímero es solo un aspecto a tener en cuenta cuando se formula un producto. La aplicación final puede determinar la Tg aproximada del polímero necesario.  Por ejemplo, para la mayoría de las aplicaciones de metal y madera, se emplean polímeros más rígidos a fin de lograr una mayor resistencia a la abrasión. Por otra parte, para las aplicaciones de techos es necesario tener flexibilidad a baja temperatura durante la aplicación, de modo que el polímero debe ser más suave.

 

En los casos en que se requieren polímeros más suaves o un mejor bloqueo, existen varios enfoques a la formulación que pueden adoptarse. Una formulación reticulada será más rígida y resistente, lo que generalmente otorga una mejor resistencia al bloqueo. También pueden agregarse modificadores de superficie, como los rellenos o aditivos Lanco™. Cualquiera de las técnicas puede cambiar la topografía de la superficie del recubrimiento, lo que mejora su tendencia al bloqueo.

 

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