Un embalaje sostenible significa utilizar menos material, haciéndolo reutilizable o más sencillo para reciclar o volverlo abono para que el embalaje agote menos el medioambiente. La Alianza de embalaje sostenible (SPA) define al embalaje sostenible como efectivo, eficaz, cíclico y seguro.
Con una conciencia ambiental general en constante crecimiento en contra del embalaje innecesario, y como el reciclaje se ha vuelto más exigente con la prohibición de China de la importación de desechos plásticos, la necesidad de un embalaje más sostenible seguirá creciendo y así también la regulación.
Como ejemplo, la Comisión Europea causó gran conmoción en el mercado al ordenar objetivos enérgicos para que el embalaje sea más sostenible, y que el 65% de todos los embalajes esté reciclado para el año 2025 y el 100% de los embalajes de plástico sea reutilizable o recicable para el año 2030. Eso incluirá el embalaje flexible para el consumidor, como envoltorios, bolsas y paquetes de refrigerios, los cuales actualmente son muy difíciles de reciclar, dejando que alrededor de 4 millones de toneladas de estos materiales vayan a un basural o sean incinerados cada año solo en Europa.
Las tintas y los recubrimientos solo contribuyen con un pequeño porcentaje del peso del embalaje, pero pueden tener un papel importante para mejorar o alterar sus atributos de sostenibilidad. Es un proceso largo cambiar a un embalaje sostenible y debe incluir a todos los involucrados: los productores y proveedores del embalaje y el plástico, los fabricantes del producto que deben tener en cuenta el rediseño del embalaje para que sea sostenible, y los consumidores/usuarios finales.
Si bien hay desafíos, también hay enormes oportunidades para crear un embalaje sostenible con las mismas caracterísitcas de rendimiento que el embalaje original. En la industria alimenticia, la cual está está adoptando embalajes flexibles para más y más clases de productos empaquetados para el consumidor, las características de rendimiento son muy importantes. Aquí, la seguridad de los alimentos, su caducidad, cómo se transporta y se cocina, todo se ve afectado por el rendimiento del embalaje.
Mejorar los atributos de sostenibilidad
- Explorar las tintas y los recubrimientos con una composición que incluye materiales biológicos más que materiales de origen fósil.
- Utilizar tintas y recubrimientos para contribuir el rendimiento protector, cuidando los contenidos del embalaje del agua, los gases, la grasa, los olores, etc. Esto puede simplificar el material del embalaje al eliminar otras capas sin afectar la funcionalidad del mismo.
- Los recubrimientos permiten que se rediseñe el embalaje para que sea más reciclable. Por ejemplo, utilizar recubrimientos para ayudar a separar las capas en el embalaje puede hacerlo más sencillo de reprocesar. Además, reemplazar el plástico con papel o cartón recubierto podría mejorar el reciclaje.
Un ejemplo donde los productos de Lubrizol ayudan a que el embalaje sea más sostenible son las lacas para las etiquetas metalizadas que se usan en botellas de vidrio retornables. Las lacas especialmente diseñadas permiten que las etiquetas metalizadas impresas se elminen de la superficie de la botella rápidamente sin que la tinta contamine el agua del lavado. Las botellas entonces se pueden lavar de manera eficiente y los fabricantes pueden volver a utilizarlas.
Si bien los desafíos existen en los sistemas de embalaje actuales, las tintas y los recubrimientos pueden ser una parte importante en la reducción, reutilización, reciclaje y volver a pensar el embalaje para que sea más sostenible.
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